Resplandeciste sobre los conos abundantes de trigo,
Ha nacido la gloria
Que quiso escondernos el pecado
En la oscuridad de los ladrones,
En los pies que derraman sangre inocente.

Resplandeciste sobre lo ancho de mi corazón,
Edificando los muros derrumbados
Por las zorras sueltas de las tinieblas,
Llenando mis corrales con el ganado de Cedar.

Resplandeciste sobre las rodillas del pacto,
Cumpliendo con justicia, rompiendo telarañas
Mandando a nuestros templos
Los carneros de Nebaiot.

Tú siempre resplandecerás en Sion,
Honrando a los pilares que sostienen el Templo,
A los que brillan en el oscuro veneno,
Dándose cuenta que las naves de Társis les pertenecen.

Así que si quieren resplandecer hermanos,
Poseed la gloria del Líbano
Y que les sirvan los reyes…
Dejen que el Santo de Israel los agrade…
¡Y solo así resplandecerán!